La crisis en Venezuela, ha sobrepasado los límites de una larga enfermedad crónica, que parece terminal, recrudece.
El discurso del Presidente Nicolás Maduro es una provocación que raya en lo desesperado frente a una inmanejable gobernabilidad y una tensa situación social y convulsión.
Esta vez el presidente de Venezuela lanzó un discurso para armar a un millón de milicianos. Los milicianos son civiles armados que, según la mentalidad del gobernante, deben defender la Revolución Bolivariana ante las amenazas de la oposición.
Ahora bien, ¿en qué consisten esas amenazas? Pues se trata de la insistencia en unas elecciones que saquen a Venezuela de la crisis aguda sostenida.
La oposición conquistó la mayoría de la Asamblea Nacional y puso en marcha los mecanismos legales de la propia Constitución que promovió Hugo Chávez para incluir la posibilidad de la revocatoria de mandato. Con todos los subterfugios posibles el Régimen impidió ese referendo revocatorio dentro de los límites temporales que manda la Constitución pero la situación se ha vuelto incontenible.
Con 108 dirigentes políticos presos -entre ellos el candidato presidencial Leopoldo López -, la oposición hace gigantescas marchas pacíficas y Maduro anuncia armar milicianos. Henrique Capriles ex candidato presidencial e inhabilitado gobernador de Miranda dijo: Venezuela no quiere fusiles sino medicinas y comida. Está claro.