Daphne Caruana voló en pedazos. Una bomba dentro de su auto, a pocas cuadras de su casa, acabó con su vida.
Ella mantenía un blog donde se dedicó a denunciar los vínculos oscuros de la clase política de su país, Malta, con negocios que aparecían en las denuncias conocidas como Panama Papers.
El hijo de la periodista de 53 años dijo, sumido en el dolor, que el crimen organizado tiene contacto con la clase políticos y se cobija en la impunidad.
Caruana formó parte del Consorcio Internacional de Periodistas que en varios países investigó los hilos de la trama conocida como Panama Papers y que ha movido a la justicia a acciones de indagación e instalación de causas judiciales con mayor y menor velocidad, con mayor y menor profundidad y con mayores y menores resultados, según el grado de independencia del sistema judicial en distintos países.
El crimen organizado ha sido responsable de asesinatos de periodistas en países como Colombia y Brasil. Las mafias de la droga y los carteles han hecho en el país vecino una escuela de horror.En los últimos años, los crímenes en México dejan cifras que impresionan.
En nuestro país han existido amenazas preocupantes a periodistas que el Estado está en el deber de investigar y la justicia de actuar como manda la ley.
Los vínculos de las mafias con el poder son un cóctel peligroso de impredecibles consecuencias para la sociedad y alimentan la impunidad. La muerte de Caruana deja hondas reflexiones.