El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) nos dice que al terminar el 2012 hay 130 000 empleos más que al finalizar el año 2011. Está bien, pues eso significa que hay más ecuatorianos con acceso a un trabajo estable.
Sin embargo, una lectura paciente de las cifras y, sobre todo, una mirada de conjunto, muestra otras cosas dignas de subrayar, analizar y comentar. La Población Económicamente Activa (PEA) del Ecuador es de 6 700 000 personas (a diciembre del 2012). Los afiliados al Seguro Social, 2 400 000.
Hay 2 300 000 ecuatorianos con pleno empleo, que el Gobierno define como aquellas personas que ganan más que el salario básico y no están buscando otro empleo.
Pero frente al optimismo oficial de creación de plazas de trabajo, está un total de 3 350 000 ecuatorianos en el desempleo o en labores informales. El subempleo es de 50,9%, una cifra alta que denota que una inmensa mayoría de ecuatorianos en edad de trabajar lo hacen de manera informal. Muchos de ellos cobran el Bono de Desarrollo Humano, una fórmula netamente asistencialista que sería preferible sustituir con políticas públicas que garanticen la creación de plazas de trabajo mediante el estímulo desde el Estado a la inversión privada, que es multiplicadora de actividad productiva y generación de riqueza.
Aún son indispensables políticas públicas que aseguren más trabajo estable.