Todos sentiremos el impacto económico. Los impuestos a las importaciones definitivamente afectan a los ecuatorianos.
Los aranceles llegan para 2 800 ítems. Se trata de afectar menos a los productos que tengan que ver con la elaboración de otros en el proceso industrial. De no gravar materias primas ni maquinaria para proteger el proceso productivo.
Los rangos de las tasas de impuestos, conocidos como aranceles a los productos importados, irán desde el 5 al 45%, al menos durante los próximos 15 meses.
Los ministros de Comercio Exterior y Producción dieron la cara en una conferencia de prensa para anunciar lo inevitable. Ellos debieran salir a los medios a responder preguntas y absolver inquietudes de los periodistas independientes que interpretan las interrogantes de toda la gente. Por lo pronto, el Comité de Comercio Exterior (Comex) difundió el sábado el listado in extenso que regirá desde el miércoles próximo.
La medida se veía venir. El precio del crudo no lo fija ni controla el Gobierno nacional. Se anunció antes un recorte presupuestario. El Presidente dijo, en el último trimestre del año 2014, que el ritmo de las inversiones se detendría.
El impacto puede ser más grande que aquel, pasajero, de la crisis mundial del 2008. Lo ideal hubiese sido moderar durante todos estos ocho años el abultado crecimiento del gasto público y gestar ahorros para la época de las vacas flacas.
Ahora se viene lo más complejo, el impuesto social: el alza de precios en varios productos es inevitable.