Alos 81 años murió Adolfo Suárez. Fue presidente del Gobierno español y jugó un papel trascendente en los complejos tiempos en que España buscaba la fórmula para salir de la dictadura del generalísimo Francisco Franco e instaurar una democracia.
El político castellano se inició en las filas del franquismo para luego militar en el centro. Si bien su período presidencial fue motivo de críticas, supo mantener el pulseo adecuado para conducir a España durante el fin de la dictadura y la instauración de sistema de partidos y hasta la legalización del Partido Comunista.
La Guerra Civil, con cerca de un millón de muertos, partió a España en bandos irreconciliables. Tras las ideas republicanas, los sectores progresistas y la izquierda no pudieron sostener el Gobierno y España se sumió en el caos.
El bando nacional, de militares de formación tradicional, se lanzó a la guerra. Tres años de sangre y destrucción y un laboratorio de la Segunda Guerra Mundial dejaron a España en la miseria, millones de familias fracturadas y un exilio abundante y doloroso.
La victoria de Franco y la dureza de sus ideas de derecha no dieron tregua. A su muerte, salir del sistema supuso la reinstauración de la monarquía en la figura del rey Juan Carlos.
Suárez tuvo el tino y fue fiel de la balanza para que los políticos de ideas muy diferentes, influenciadas por una historia violenta, aprendieran a convivir.
A su muerte se valora su dimensión y su aporte para que la España posfranquista sea posible.