La Veeduría Internacional que encabezó el juez español Baltasar Garzón dejó en claro en su informe los cuestionamientos al proceso de selección de jueces y la subjetividad de la puntuación, así como la información incompleta sobre la construcción de infraestructura física.
Baltasar Garzón es un juez conocido por polémicos casos. A muchos extrañó su presencia en el país para avalar el proyecto político que buscó desde el poder Ejecutivo meter las manos en la justicia.
Una justicia que en el pasado fue cuestionada por su vulnerabilidad frente al poder y que quizás hoy se muestra tanto o más frágil y permeable.
El Informe de la Veeduría Internacional dejó los puntos sobre las íes. El más debatido y cuestionado asunto fue la selección de magistrados, la subjetividad de la calificación y el examen oral que sectores académicos, profesionales del derecho y medios señalaron oportunamente.
El informe dice que la selección de jueces presenta falencias: ‘riesgos innecesarios que podrían afectar la transparencia y pureza de todo el proceso’ (pág. 58).
En la calificación de los jueces de la Corte Nacional de Justicia la Veeduría mostró profundas preocupaciones: ‘revisados los archivos de audio y video de las audiencias públicas la Veeduría no ha podido establecer cuáles fueron los criterios en que se basaron las calificaciones de los postulantes’ (pág. 48). Por último, la Veeduría dejó sentado que el Consejo de la Judicatura entregó información incompleta sobre la obra física que está en plena ejecución.
Toda una crítica a la anunciada reforma a la justicia. Esta aparece como un despropósito que además acaba con la independencia de poderes indispensable en democracia.