El presidente de Colombia Juan Manuel Santos tomó una decisión crucial. Optó por ir hacia La Corte Penal Internacional en La Haya para solventar el conflicto humanitario provocado por el presidente Nicolás Maduro.
Las imágenes de los seres humanos expulsados por la fuerza a cargo de los militares del Régimen populista de Maduro muestran una cara de las diversas tensiones que han azotado la difícil relación entre los dos países, pero son el rostro más truculento y la foto de una crisis humanitaria.
Durante años, miles de colombianos cruzaban la frontera y muchos se asentaron en el Estado venezolano del Táchira. Hoy, con sus colchones, ropa y pesadas maletas al hombro emprendieron un éxodo que no se explican.
Mientras, los presidentes lanzaban discursos estridentes y la tensión diplomática derivó en mutuos llamados a consultas a los embajadores.
Una vez más se puso al descubierto la inutilidad de los organismos regionales, costosos, acaso ampulosos -basta mirar la millonaria sede de Unasur- para comprobar que son impotentes.
Juan Manuel Santos da un salto, eleva ante el Tribunal de La Haya la demanda y pide medidas cautelares para los 11 000 colombianos expulsados.
Aunque, como declaró al Diario venezolano Tal Cual la internacionalista Giovanna de Michelle, será difícil imputar al Presidente de Venezuela, puesto que cada deportación debe ser analizada como un caso particular, la amenaza llevó a Maduro por primera vez a bajar el tono. Ojalá se abra el diálogo.