El IVA y la Ley Solidaria

El Presidente no tardó en poner el ejecútese a la ley urgente enviada a la Asamblea después del terremoto. Ya se publicó en el Registro Oficial.

El propósito esgrimido para justificar, entre otros temas, el alza del impuesto al valor agregado, IVA, del 12 al 14%, fue el terremoto y su afectación a la economía.

Diversos sectores argumentaron que con el cobro de los seguros de los bienes del Estado y los créditos de contingencia era suficiente para cubrir los gastos en los que el aparato estatal deberá incurrir, como efecto de la destrucción ocasionada por los sismos.


Muchos analistas críticos coinciden en que, como sucedió con la ley aprobada antes, aumentando el precio de cervezas, gaseosas y bebidas azucaradas, con esta reciente se trata de paliar los graves desajustes de la caja fiscal, ocasionados por el precio del petróleo y el manejo dispendioso de la economía.


Lo que no se puede dudar es que el aumento del IVA encarecerá, otra vez, varios bienes y supondrá un sacrificio adicional para las economías personales y familiares. Y tendrá, además, impacto en los negocios y las industrias.

Más allá de otros aspectos debatibles y de la colaboración con una parte de los sueldos, el IVA diferenciado supone otras dificultades de carácter técnico.


La liberación del aumento en las zonas afectadas que, a priori suena razonable, no es fácil de aplicar. Su implantación puede generar distorsiones si atendemos al concepto de aplicación general que deben tener los tributos.

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