El plazo para la inscripción de partidos y movimientos fenece el 17 de agosto, y apenas tres partidos de trayectoria y dos movimientos (uno nuevo y el de Gobierno) han logrado su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral.
La normativa manda una nueva inscripción de los actores políticos, la recolección de firmas y la aplicación de selección interna de directivas y nominación con votaciones de sus candidatos. Para alcanzar representación nacional se debe contar al menos con 168 000 firmas que deben ser convalidadas.
Hasta ahora han obtenido su legalización los partidos Sociedad Patriótica, el PRE y el MPD. El Movimiento Alianza país y CREO han logrado también su inscripción. Están en espera Pachakutik, Ruptura de los 25, Concertación, Equipo, PSC/Madera de Guerrero, Avanza y el Partido Socialista.
Cuando el país retornó a la democracia tras su último gobierno militar se esperaba que un proceso de selección con rigurosos requisitos fuera una criba natural que tendería a dejar solo unas pocas fuerzas representativas. Una decisión de la Corte Suprema permitió la reinscripción de partidos y posteriores normas constitucionales alentaron la participación de movimientos, lo cual dio luz verde a la insólita proliferación de tiendas políticas (hasta 200 en algún proceso pasado).
Hoy el 20% de la población ya ha dado su firma y la mayoría no muestra mayor interés en militar en estas organizaciones. La inscripción de partidos y movimientos se hace cada vez más difícil.
Tal es el panorama en una lucha política enredada y compleja para la expresión de la voluntad popular, centro de una democracia representativa bien entendida.