LOS INGRESOS PETROLEROS

El petróleo incide directamente en la economía ecuatoriana y lo hace de modo particular en la economía estatal, a la que viene inyectando considerables sumas de dinero, máxime cuando el precio internacional en el mercado mundial está alto.

El país entró en un cambio sustancial a partir de 1972, tras una larga pero incipiente historia petrolera. La economía, desde los inicios de la República, funcionó principalmente con la producción agrícola destinada al consumo interno. Se contaba con un puñado de importantes productos de agroexportación que cumplieron su rol en el tiempo: el café, el cacao, el banano, que todavía acompañan el flujo de ingresos junto a otros productos más nuevos como las flores.

Desde el gobierno militar de Rodríguez Lara el énfasis en el concurso estatal para extraer petróleo dejó huella, y pese al constante concurso de empresas privadas de distintas procedencias el papel estatal en la extracción de crudo ha sido determinante.

Según el Presidente, el país ha percibido USD 65 890 millones de ingresos por crudo. USD 13 602 millones corresponden al sector público. A ello se suman los montos de las empresas privadas que, hay que apuntar, también aportan con tributos por su actividad.

El problema central está en la gran dependencia de los ingresos petroleros frente a otras fuentes que provienen de la exportación y, lo que es más grave aún, la cada vez mayor tutela de la economía estatal. Frente a un recurso cuyo precio depende de los avatares de la geopolítica mundial y las demandas de los grandes mercados y sus vaivenes, es un error grave apuntalar todo sustento en el crudo. La diversificación de exportaciones y el impulso a la inversión extranjera son la alternativa para eventuales tiempos de crisis.

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