El trabajo de los periodistas en el mundo es esencial para que toda la gente conozca lo que sucede. Sin los periodistas los pueblos no tendrían noticias. La muerte reciente de los reporteros que cubrían los brutales ataques y bombardeos en Siria perpetrados por el Gobierno tiránico son la muestra del riesgo de la profesión.
El Comité de Protección de Periodistas (CPJ), una entidad con sede en Nueva York y que recoge información en todo el planeta, acaba de publicar su informe anual 2011, cuyo resumen divulgó EL COMERCIO el martes.
En este trabajo se describen los riesgos en sitios tan distantes como Pakistán o México, donde la violencia del terrorismo o de las mafias afectan a la población y a los periodistas. Las mafias y las tiranías interceptan llamadas telefónicas, tienen montados servicios secretos de espionaje y llegan al detalle de captar los mensajes que se publican en las redes sociales y hasta los correos electrónicos personales.
El informe de CPJ 2011 se preocupa de modo especial por países como Venezuela, Nicaragua y Ecuador. El pobre papel de los medios públicos que están en manos del Estado pero que se manejan como plataformas propagandísticas gubernamentales supone un atentado contra la libertad de expresión e información.
En ese sentido el informe muestra su preocupación por el uso de estos medios para fines políticos. Carlos Lauría, coordinador sénior del Programa de las Américas del CPJ, dice que el presidente Correa ha usado los medios estatales para desacreditar a los periodistas que se oponen. El informe detalla algunos de los insultos y ataques de las sabatinas. Ya somos tristemente famosos en el mundo del periodismo por la intolerancia gubernamental.