Grecia en crisis terminal

La crisis griega entra otra vez en terapia intensiva, tras el fracaso de las negociaciones con el Eurogrupo para conseguir nuevos desembolsos que tapen el enorme hueco de la economía del país europeo.

Al final de las conversaciones llegó la exclusión del ministro griego de Finanzas, Yanus Varufakis, de las deliberaciones en Bruselas. Entonces, el primer ministro heleno tomó decisiones desesperadas.

En primer lugar consiguió en la madrugada de ayer domingo 28 de junio el apoyo de una mayoría parlamentaria para convocar a un referendo el 5 de julio, para que los ciudadanos resuelvan si aceptan los condicionamientos de la Comunidad Europea.

Alexis Tsipras no contó con los votos de la derecha ni de la izquierda tradicional. Luego, y para evitar la fuga de capitales en debacle desde noviembre, impuso un congelamiento de las operaciones bancarias, cuyas cuentas estaban agotadas, y garantizó los depósitos.

La verdad es que Grecia entrará en ‘default’ mañana martes 30 de junio, pues no pagará su cuota de exigencia a Europa, que le echó hace un quinquenio un salvavidas para paliar la crisis de sobreendeudamiento al que condujo un pésimo manejo de la economía, apartado de la austeridad y un gasto fiscal desproporcionado. Todo ello se agudizó por el alto costo de obras millonarias para las Olimpiadas de Atenas.

Ahora el populista de izquierda Tsipras está atrapado en su propio discurso y busca la salida en las urnas, mientras Europa no le extiende más plazos. La credibilidad se le agotó.

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