LOS GRANDES RETOS DE OBAMA

Las elecciones en el país más influyente de la tierra, con mayor solvencia económica -pese a la crisis- y poderío militar, se saldaron con el triunfo del líder del partido demócrata, Barack Obama, quien estará en la Casa Blanca cuatro años más. La campaña se saldó cuando estados influyentes como Ohio, Virginia y Florida inclinaron la balanza de los indecisos hacia el Presidente en funciones.

Mitt Romney, que tardó en reconocer su derrota, tuvo palabras generosas y prometió orar por el Presidente y su familia. Ese tono fue constante incluso en los debates televisados que enfrentaron a los candidatos de los dos partidos mayoritarios y que debiera ser una lección de política pública y comportamiento de los contendores durante las campañas para otros países en materia de tolerancia, respeto al rival y espíritu democrático.

En el mundo se sintió cierto alivio por el triunfo de Obama, especialmente porque las ideas ultraconservadoras del gobernador Romney no hayan prevalecido en un momento delicado para la geopolítica planetaria. Obama se lució como presidente (comandante en Jefe) ante la tragedia del huracán Sandy y supo capear otros temporales con estoicismo: la crisis económica, la alta tasa de desempleo y las demandas sociales, especialmente en medicina. Ahora deberá conducir a su país a la reactivación económica y a la generación de más fuentes de trabajo, una de las principales inquietudes durante la campaña.

A escala planetaria, Oriente Próximo será prioridad. Con la primavera árabe todavía por resolverse, la crisis siria en ebullición y la preocupante disputa de Irán e Israel frente al tema nuclear en Persia coparán buena parte de la agenda, sin descuidar la relación con China. Ojalá los temas de América Latina capten más atención.

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