La investigación está en marcha. La truculenta trama parece vincular los supuestos negocios de 12 empresas fantasmas de dudosa existencia, que además no tributan lo que debieran en relación al volumen de las presuntas exportaciones. Como si fuera poco, están constituidas por personas cuya identidad ha sido suplantada.
La investigación que presentó EL COMERCIO ayer y que hoy continúa con el detalle de estas actividades ha motivado indagaciones de la Fiscalía sobre aspectos tributarios y aduaneros. Muchas de las personas presuntamente involucradas no salen de su sorpresa al ser llamadas a declarar. Se les inquiere sobre la formación de compañías, siglas, empresas, números, transacciones y transferencias, que dicen desconocer.
El Sucre (Sistema de Compensación Regional de Pagos) entre Venezuela y Ecuador sería el mecanismo mediante el cual se han simulado las transferencias. La cifra es grande: rodea los USD 35.3 millones.
Hay también inconsistencias en las declaraciones al SRI, otro aspecto que deberá esclarecerse. El tema preocupa a la Unidad de Lavado de Activos, que identificó doble facturación y clonación de facturas.
Mientras en Guayaquil se detectó a ocho empresas, en Quito cuatro firmas habrían subfacturado productos químicos, y recibieron pagos a cuentas de Coopera y el Banco Territorial, que se hallan en liquidación.