El Día de la Mujer

El 8 de marzo está signado en el calendario como la celebración del Día de Mujer. Cada vez cobra mayor trascendencia.

Mientras la imaginación deja volar sus alas para hacer de la conmemoración una fecha especial cuyas formas se recuerden, el mensaje es cada vez más potente. Los derechos de las mujeres se muestran como universales e indispensables de conocer y respetar.

El mundo está marcado por el machismo y la exclusión, por la realidad de una historia que negaba el sufragio femenino y que las condenaba (¿condena aún?) a la ampliación de su jornada laboral más allá de la fábrica y la oficina a tareas hogareñas pesadas y exigentes.

En el Ecuador, como en muchos países, se organizaron foros y paneles, se presentaron trabajos pictóricos y conferencias, marchas y proclamas.

En esta ocasión, la coyuntura de una campaña electoral no deja de ser ocasión para menciones en los discursos, aunque sería más apropiado que generara acciones y, a las puertas de un nuevo gobierno, nuevas líneas de trabajo.

Pero más allá de la ubicación de un día en el calendario y el reconocimiento de la mujer en la política y en los altos cargos del poder, la realidad sigue siendo lacerante: una cotidiana sumisión, hasta la esclavitud en varias sociedades, o la huella de la violencia familiar y la agresión socialmente tolerada o que se ignora ,ex profeso, como si no sucediera. Las cifras del femicidio en el país son una muestra de esa realidad que todos estamos obligados a cambiar para bien.

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