Enmiendas y más tensión

Las modificaciones a la Carta Magna, que el oficialismo denomina ‘enmiendas’, han terminado por polarizar más al país, que ya de por sí afronta una crisis en varios frentes.

En efecto, la aprobación de las enmiendas, que la Asamblea Nacional programó para la jornada de ayer, activó de nuevo a los opositores, que se manifestaron con fuerza, en particular en Quito.

La lectura y el segundo debate del paquete de 15 cambios constitucionales, que incluye aspectos ciertamente controversiales, transcurrieron en un ambiente cargado de tensiones. El Gobierno blindó ayer la sede del órgano legislativo con la fuerza pública, para bloquear la protesta de los opositores.

Un escenario así, de confrontación latente y que nadie garantiza que vaya a frenarse, nunca es el adecuado para el análisis y la toma de decisiones sobre temas trascendentales, que apuntan a modificar componentes sensibles de la vida política del Ecuador.

El debate sobre la reelección presidencial indefinida, la declaratoria de la comunicación como servicio público, las funciones de la Contraloría General, entre otros asuntos, requerían desde el inicio del aporte y de las observaciones desde muchos sectores.

No obstante, el Régimen -muy partidario en sus inicios de las consultas populares- esta vez cerró totalmente las puertas a la posibilidad de que los votantes se pronunciaran.

En tales condiciones, las enmiendas constitucionales, lamentablemente, agudizan la polarización.

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