Quito tiene un 70% de construcciones vulnerables. Las revisiones y el reforzamiento estructural, lo prioritario.
Si una lección deja un período de sismos es el fortalecimiento de la conciencia ciudadana. Más allá del dolor y solidaridad con las víctimas, se impone una acción social coordinada para tomar precauciones.
Los datos que presentó Diario EL COMERCIO en su edición de ayer dicen que el 70% de las construcciones en la capital presenta problemas técnicos.
Las carencias contemplan desde falta de estudios de suelo, asesoría técnica, planos, y cimientos y materiales sin el requerido rigor en la construcción.
La cifra nos devuelve a la alarma colectiva, nunca con el afán de escandalizar, sí, empero, con el fin claro de crear conciencia y empezar un proceso inmediato de revisiones técnicas, peritajes y reforzamiento estructural.
Después de los sismos en Chile y Haití, las instituciones como el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica, la Cámara de Industria de la Construcción, el Colegio de Arquitectos de Pichincha y el Municipio de Quito se empeñaron en seminarios y hablar de las ideas más novedosas de construcción antisísmica.
Visto lo ocurrido en Pomasqui, semanas atrás, se debe volver a una campaña sostenida y la autoridad al control y reforzamiento con el concurso de la Secretaría de Riesgos y el Ministerio de Vivienda. Siempre es bueno reiterar en la aplicación y mejora de las normas legales, como el Código de la Construcción.
Debemos reforzar las estaciones de bomberos, los regimientos, los hospitales y las escuelas ante el siempre latente riesgo sísmico.