El anuncio se hizo en un tuit. Un nuevo estilo de gobernar acuñado en varios países.
El viernes pasado, el presidente Rafael Correa dio a conocer lo que ayer se concretó con el envío del proyecto de Ley Orgánica para la Reestructuración de la Deuda de la Banca Pública, Banca Cerrada y Gestión del Sistema Financiero Nacional.
A dos días del cierre de la campaña electoral, el Ejecutivo busca el apoyo del Legislativo -cuya mayoría controla-, para establecer una nueva condonación de intereses y otros recargos en los créditos otorgados por el Banco Nacional de Fomento en Liquidación.
Según el proyecto, se podrán acoger los deudores de menos de USD 20 000, quienes deberán pagar el 10% del saldo de la deuda pendiente para beneficiarse. Se trata de créditos contratados por pequeños agricultores y pescadores.
No es, ni mucho menos, la primera vez que esto sucede. El erario nacional se hace cargo de deuda privada por diferentes causas y en distintas épocas. Solo desde 1988 hasta el 1998 se ejecutaron ocho condonaciones. En esta ocasión entrarían en el programa alrededor de 17 000 operaciones crediticias, de las 31 500 que se quedaron en manos del BNF y que son de mala calidad.
El manejo de los créditos del BNF siempre fue desordenado. A muchas condonaciones del pasado se las criticó por tener un matiz político. La Asamblea deberá analizar si hay justificaciones para que la sociedad vuelva a hacerse cargo de estas deudas.