Los niños de Alepo

Lejos del teatro de operaciones, en la oficina de Naciones Unidas en Ginebra, los expertos sacan cálculos escalofriantes.

La población civil de Alepo, una de las ciudades más castigadas por el largo conflicto bélico que agobia a Siria, podría ser blanco de un ataque aéreo extremo que sirva como amenaza.
Los aliados de ocasión, el gobierno sirio laico de Bashar al Assad y la aviación rusa, estarían a punto de atacar de modo fulminante.

La guerra civil que se inició al principio del 2011 está marcada ya con cifras impresionantes de muertos que se estiman próximas al medio millón -las más conservadoras se acercan a 300 000-.

El conflicto sumó varios frentes de ataque de guerrilleros civiles religiosos contrarios al Régimen civil disfrazado de democracia. Este juntó fuerzas y ayuda militar internacional, aunque no concentró tropas de otros países por el bloqueo en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por parte de Rusia, país con derecho a veto y viejo aliado de Al Assad y de su padre, millonarios compradores de armamento.

A ese escenario se ha sumado el Estado Islámico con su brutal puesta en escena en Oriente Próximo y sus ataques extremos. Rusia defiende al Gobierno establecido pero su alianza amenaza a los civiles, siempre víctimas inocentes como los 100 000 niños de Alepo, cuya seguridad está en vilo. A este panorama se suman más de tres millones de refugiados que no hayan hogar en el mundo ni consuelo para sus sufrimientos.

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