Tiempo de movilizaciones

El telón de fondo de la economía no terminará de correrse hasta cuando los cambios operados por el Presidente se dejen sentir y se sepa en qué queda la reforma enviada a la Asamblea Nacional. Hasta tanto, la política sale a la calle.

A falta del pronunciamiento de la Corte Constitucional sobre las preguntas planteadas por Lenín Moreno, quien demandó su pronta definición, el debate político público deja sentir su pálpito.

De las preguntas, dos parecen contener los temas más polémicos; son las referentes a la reelección indefinida y al futuro del Consejo de Participación Ciudadana.

El Presidente pidió a la gente que se movilice y ejerza presión pública por su derecho a pronunciarse en el acto comicial que promueve. En esa línea, esta semana hemos visto actos masivos de plataformas afines que respaldan al Jefe de Estado en la consulta popular, tanto en Quito como en Guayaquil.

Es necesario evitar el uso del canal ciudadano para este tipo de asuntos, como sucedió de forma abusiva en el anterior Gobierno y cuya práctica no debiera repetirse. Los respaldos políticos partidistas son una cosa y los actos de Estado, otra muy diferente.

También, llega a un punto de saturación el problema interno del movimiento oficialista, cuyo debate debiera restringirse a la militancia y no ocupar la palestra nacional donde la economía, el empleo, las reformas legales, deben tener preponderancia.

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