El Gobierno de Lenín Moreno elaboró – por primera vez para un ciclo anual completo – la Pro forma del Presupuesto 2018.
El documento es como el plan de vuelo de la economía oficial. Sus líneas generales permiten conocer el comportamiento de la política pública y tener un panorama de las cuentas fiscales.
Luego del bochorno de una supuesta mesa servida que nunca existió, el Gobierno se obliga a ser realista y aplicar con rigor la hoja de ruta para que no se desborde la economía, pero al mismo tiempo busca revertir la contracción y estimular el empleo en una sana interacción entre el sector público y privado. Para ello, las reformas que se enviaron simultáneamente a la Pro forma las analizaremos en su momento.
En cuanto a los ingresos solo existen tres fuentes posibles: tributos -con el cobro de impuestos técnico y justo que la lógica aconseja -, petróleo -de cuyos precios internacionales y sus vaivenes dependemos-, y la deuda -se puede mejorar su perfil, buscar tasas y plazos más bajos y colocar bonos del Estado-.
La Pro forma presentada para el año que viene es de USD 34 853 millones, menor a la del ejercicio fiscal que corre que es de USD 36 818 millones.
El Gobierno se comprometió a una política de austeridad, por eso quizá, llama la atención de los expertos que el rubro salarios crezca de USD 9 193 millones a USD 9 539 millones. También crecen los intereses de la deuda por pagar. Bajan los montos asignados a los GAD y la inversión pública.