La cumbre entre los presidentes de Corea del Norte, y Estados Unidos finalmente se celebrará mañana en Singapur.
La cita es tan indispensable como fue llena de dudas su celebración, y tendrá como eje fundamental la desnuclearización de la península de Corea.
El camino podría liberar ingentes recursos para el desarrollo de Corea del Norte, que ha hecho millonarios gastos en su carrera nuclear, y dejar vías de mayor desarrollo a Corea del Sur, uno de los países asiáticos con mayor y sorprendente crecimiento en los últimos años y tradicional aliado de EE.UU.
La guerra de Corea y un armisticio que congeló la paz desde 1953 ha mantenido en zozobra a los habitantes peninsulares que aspiran a la normalización de las relaciones. Los gastos militares de ambas naciones podrían disminuir.
Singapur, un modelo de crecimiento económico singular, será esta vez centro de la geopolítica asiática y mundial. Los dos encuentros de Donald Trump con ambos mandatarios, que ya celebraron este año alentadoras conversaciones, abren nuevas esperanzas.
En materia nuclear es una noticia positiva que contrasta con las tensiones instaladas entre EE.UU. e Irán, que ha anunciado que se dispone a avanzar en enriquecimiento de uranio, un asunto preocupante. La cumbre de Singapur es consecutiva de la cita de Canadá del G7, que condenó a Rusia. Las cosas terminaron mal y Trump bloqueó el acuerdo alcanzado. La geopolítica mundial, entre tensiones y distensiones.