Hace ya un año Yasunidos, que agrupa a organizaciones que promueven la protección del Parque Nacional Yasuní, presentó sus firmas en busca de una consulta popular. Tres días después, el Consejo Nacional Electoral anunció que invalidaría los formularios presentados.
La historia de la defensa del Parque Yasuní se remonta a varios años atrás. El Gobierno lanzó una iniciativa mundial para mantener bajo tierra el petróleo en una zona delicada de la Amazonía y buscaba que la comunidad internacional lo apoyara con recursos económicos.
La iniciativa obtuvo el entusiasmo de grupos ecologistas. Cuando en agosto del 2013 oyeron al presidente Correa hablar de perforar pozos petrolíferos en una parte del bloque Ishpingo-Tambococha-Tiputini, para obtener recursos económicos para el Fisco, en vista de que ‘el mundo nos ha fallado’, sufrieron una decepción.
Entonces, prevalidos del apoyo al garantismo y la participación popular que los legisladores que escribieron la Constitución de Montecristi facilitaron, Yasunidos se lanzó a las calles. Completó más de
757 000 firmas y empezó el tortuoso proceso de la calificación, anulación de formularios y el proceso que llevó el tema del Consejo Electoral a la Corte Constitucional. Hubo procesos de recolección de firmas favorables a la explotación, apoyados por sectores afines al poder, que no fueron formalizados.
El final trunco de esa consulta ha marcado un camino que se ha repetido conotras organizaciones que buscan ese camino sobre otros temas.