Lo que podría ser el fin de un proceso, la votación por el Brexit (la salida británica de la Unión Europea) apenas empieza.
El resultado de 51.9% de los habitantes del Reino Unido impone su voluntad sobre el 48.1% de la población.
Pero el sacudón es un sismo. Tiene implicaciones económicas, políticas y sociales no solo para Gran Bretaña sino para Europa y el mundo.
La votación produjo una caída del valor de la fuerte libra esterlina (la moneda británica) y las cotizaciones de bolsa de la poderosa ‘City’, van en caída.
La relación del intercambio comercial con los demás países europeos se modificará y la salida debe ser concertada en un lapso de dos años pero sus impactos empezarán a sentirse y se profundizarán en los años siguientes.
Para todos los países del planeta comerciar con Reino Unido supondrá nuevas condiciones, para muchos casos ya establecidas con la Unión Europea como una sola comunidad.
En lo político, David Cameron, el Primer Ministro conservador, anunció su dimisión, su gabinete, que se pronunció por continuar, también se irá y habrá en el último trimestre del año elecciones anticipadas llenas de incertidumbres sobre quien capitalizará la derrota.
Escocia, partidaria de quedarse en la UE, quiere volver a plantear un plebiscito por su independencia y Londres no piensa igual que el resto de Inglaterra.
Además, los jóvenes pierden un horizonte laboral en 27 países y hasta la Liga de fútbol sufrirá sus propios impactos.