El Gobierno se vio precisado a optar por un alza salarial de USD 14 para el 2015, la menor en ocho años. El representante de los trabajadores, Mesías Tatamuez, calificó el nivel del aumento de miserable, e hizo notar que se acerca a la propuesta que hicieron los empresarios.
El ministro del Trabajo, Carlos Marx Carrasco, hizo énfasis en argumentos a los que no había dado tanto peso en ocasiones anteriores, como por ejemplo el hecho de que la mayoría de los trabajadores (81,8%) tiene un salario superior al Salario Básico Unificado (SBU).
Pero las explicaciones de fondo apuntan a la necesidad de reducir la presión en el sector productivo ante un año complicado. En palabras de Carrasco, la baja del precio del petróleo puede afectar el flujo de divisas, y ‘hay que hacer todo para darle sostenibilidad a la dolarización’.
Al mismo tiempo, la apreciación de la moneda estadounidense -un factor que no había incidido en los años anteriores- significa que los salarios nacionales se miden frente a los de otros países de la región que sí tienen la posibilidad de devaluar y recibir más moneda nacional.
La posición en esta ocasión también fue un poco menos reivindicativa, y el Ministro pidió reciprocidad al sector productivo para que no ponga en riesgo los puestos de trabajo.
Hay preocupación por cómo pinta la situación económica; el Gobierno viene tomando una serie de medidas para contar con los suficientes dólares en los próximos meses. Señales de realismo que implican corresponsabilidad.