El principal problema para quiteños y vecinos de la capital es el de la movilidad. Ya es hora de conocer el plan del Cabildo.
Una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos al elegir al nuevo Alcalde era la solución a este problema que complica la vida y hace más agrio el día a día.
El Cabildo se ha tomado un tiempo, más que prudencial, para hacer un análisis exhaustivo del estado de la cuestión.
Las condiciones económicas de la construcción del Metro no pasan por la sola voluntad política de Mauricio Rodas, por más que los concejales de oposición (Alianza País) así lo quieran hacer ver. No. Se trata de un desajuste financiero considerable entre la cifra que presentó el exalcalde Augusto Barrera y los nuevos costos proyectados.
Se trata, además, de la voluntad política y el compromiso del Gobierno y del presidente Rafael Correa con la ciudad.
No se quiere que las decisiones sean apresuradas y menos ligeras, pero parece que va siendo hora de decirle de una vez por todas a la gente si el Metro es viable o no lo es. Si se lo va a construir hay que seguir con las obras, cuyos primeros pasos millonarios ya emprendió Barrera, y decir con claridad que el proyecto demorará y traerá contratiempos hasta que empiece a operar.
Pero si el Metro no va, hay que empezar ya a repotenciar el sistema de troles y la Ecovía, implementar alternativas como el tren rápido, los cables aéreos y una solución definitiva para los habitantes de los valles que entran y salen de la meseta de Quito con suma dificultad.