Informaciones relativas a ecuatorianos procedentes del exterior se produjeron en días recientes desde distintos puntos del mundo y reinstalan el debate de un drama social que se proyecta fuera del país.
En Lorca, España, en uno de los poblados con mayor número de ecuatorianos, muchos de ellos sufrieron los estragos del terremoto que dejó sin vivienda a miles de habitantes de esta localidad murciana del sur de Andalucía.
La ayuda de entidades gubernamentales y comunitarias españolas se presenta de modo paulatino y nuestros compatriotas buscan de las autoridades del Ecuador un apoyo más expedito y eficaz.
En nuestro continente, concretamente en el sureño Estado mexicano de Chiapas, dos camiones que transportaban medio millar de personas sin sus papeles en regla fueron detenidos. Ellos buscaban atravesar México rumbo a EE.UU. 50 ecuatorianos fueron detectados. El drama de los emigrantes sin papeles muestra otra lacerante consecuencia: las cuantiosas sumas de dinero de las deudas que los viajeros clandestinos adquieren para buscar un futuro mejor.
El tema de los ecuatorianos que durante décadas se han visto obligados a viajar fuera de nuestro país es una fotografía decidora de nuestra realidad social. Muchos dejan atrás familias desintegradas e historias personales de dolor. El Ecuador no ha solucionado uno de los principales problemas que es signo de atraso e inequidad social. Crear abundantes fuentes de empleo, dinamizar la economía y propender a acoger más inversión extranjera es la primera obligación de un Estado para atender una de las grandes deudas sociales expresadas en la falta de trabajo y en esta diáspora que esparce a ecuatorianos por el mundo.