El relator de las Naciones Unidas (ONU) vino al Ecuador invitado por el Gobierno y se fue mostrando preocupación: los casos de impunidad en delitos de muertes, y la actuación de miembros policiales en bandas de sicarios, asesinatos y torturas alarman a la comunidad internacional que pone los ojos en el país.
El relator destaca que el Gobierno hace esfuerzos pero apunta que el número de jueces es insuficiente y le llama la atención que Ecuador posea una de las tasas más bajas por condenas de muerte que haya encontrado en país alguno.
En torno a la labor policial dice que no encuentra indicadores de asesinatos cometidos como práctica sistemática pero conoció el caso de la banda de sicarios que eran miembros policiales y operaban con armas de dotación, lo que fue denunciado en una investigación de este Diario y que no causó ninguna reacción que denote especial preocupación en esferas oficiales.
Casos de torturas, registrados a lo largo del tiempo, muertes a balazos por parte de policías y la catalogación de los ‘ajustes de cuentas’, algo inaceptable para el relator de la ONU, denotan que las prácticas delictivas y la impunidad hacen presa de nuestro país ante la inoperancia de los aparatos estatales. La duplicación de homicidios en 20 años, los datos recientemente publicados de la delincuencia, la violencia y el crimen, el sicariato como una práctica que va in crescendo, ponen todas las alertas y muestran la impotencia de las autoridades. El tema preocupa, y de manera alarmante, a los organismos internacionales como la ONU.
Una institucionalidad débil, los dolorosos estragos en Colombia y México y unas mafias que van afincándose en el país, obligan a una respuesta oficial responsable para atender al principal problema que los ecuatorianos sienten.