Durante más de cuatro meses el país ha estado a la espera del rumbo que trazará el Gobierno para salir de una crisis que fue el signo distintivo del fin de la década pasada.
El presidente Lenín Moreno hizo los anuncios y no todos se muestran contentos. El aspecto impositivo siempre es delicado. El alza de impuestos para las grandes empresas no fue bien recibido. En cambio, el estímulo tributario para los exportadores y los emprendedores, que son miles y mueven la economía, tiene amplia aceptación. Se espera que se logre en las pequeñas y medianas empresas y en las grandes exportadoras nuevas fuentes de empleo.
Los resultados del Diálogo se acogieron en un 80% y hay empresarios y dirigentes que no pierden la esperanza de reanudarlo.
La sensación es que todo el esfuerzo no alcanza para acortar la brecha fiscal. Si el ministro del ramo anunció una recaudación de USD 1 600 millones, hay quienes piensan que vendrá una nueva colocación de bonos en el mercado internacional para aliviar la caja fiscal.
Los analistas insisten sobre el rediseño del perfil de la deuda. Hay una cita con el Fondo Monetario Internacional y hay que esperar resultados.
La oposición que representa posturas identificadas como la derecha no está de acuerdo con elevar impuestos y, si bien apoyan al Régimen en la consulta, no darían sus votos para todos los ajustes tributarios que deben pasar por la Asamblea. La expectativa continúa.