Dos factores hicieron particularmente atractivo el destino del departamento de Nariño, al sur de Colombia. Los precios más bajos y el recuerdo del sismo.
Durante el feriado de tres días buena parte de los ecuatorianos se movilizaron aprovechando el asueto.
La cantidad de turistas en las playas de Esmeraldas y Manabí disminuyó considerablemente en relación a otras temporadas en atención a las duras horas de los terremotos. Buena parte de la infraestructura se destruyó y muchos ecuatorianos fueron por pocos días y con precauciones por las réplicas y condiciones sanitarias.
Otros prefirieron destinos distintos. Uno de aquellos lugares más visitados fue, sin duda, el departamento fronterizo de Nariño, sur de Colombia.
El flujo de ecuatorianos en Ipiales y Pasto se ve estimulado por los precios atractivos en el país del norte. Una razón: la depreciación del peso colombiano frente al dólar; otra: las salvaguardias y sobretasas vigentes en nuestro país y que se han extendido.
Cada fin de semana viajan unos 30 000 ecuatorianos. Las visitas entre semana se han incrementado. Los comerciantes de Ipiales muestran su agrado mientras que los ecuatorianos piden la extensión de la canasta comercial que les permite vender ciertos productos con precios protegidos.
Más allá del esmero en los controles aduaneros se impone el mercado, el consumidor ve por su bolsillo y con más cuidado en tiempo de vacas flacas.