El sector no petrolero
La economía se mueve a base de confianza y credibilidad. Un aspecto clave para el Ecuador ha sido la baja del precio del crudo.
Pero más allá de los vaivenes de un mercado que el Ecuador no controla y en el que nuestro volumen de extracción y venta de petróleo no incide para nada a escala mundial, el tema preocupante está en la producción.
Los datos recientes señalan una noticia alentadora: la caída del crudo experimentó una ligera recuperación.
Sin embargo, el sector productivo ha sentido una baja: -2.6 en el primer trimestre de este año. La contracción, a la que el gobierno no quiere llamar crisis ni recesión, es el pan de cada día de la gente, de los pequeños comerciantes y productores, de la industria y el sector importador, este último afectado por las salvaguardias y sobretasas.
La construcción, los hoteles y restauración (alimentos), correo y comunicaciones y el sector camaronero se ven afectados por una recesión evidente.
Otros sectores como la agricultura, la pesca, el suministro de electricidad y los servicios domésticos se vieron dinámicos en el primer trimestre en comparación con el mismo período del año anterior, y esta es una buena noticia.
El reto está en exportar más; llegar a buen puerto con el acuerdo comercial con Europa; impulsar de verdad un cambio en la matriz productiva; generar confianza para alentar la inversión extranjera y el retorno de los capitales ecuatorianos con apertura, credibilidad y reglas claras.