Trump por Obama
Cuando el multimillonario Donald Trump juramente en la explanada del Capitolio como Presidente de Estados Unidos, se habrá producido un cambio inédito.
Trump no es el político tradicional de ninguno de los dos grandes partidos, tampoco cabe en el molde republicano. Rico y famoso, su candidatura histriónica surgió como un reto al establecimiento y se fue construyendo en medio de la nueva realidad política.
Llega a la Presidencia pese a que su rival, Hillary Clinton, tuvo muchos más votos populares. Es el sistema de votos electorales aceptado por todos.
Su discurso retador, agresivo contra los latinos, duro contra sus vecinos mexicanos, es factor de incertidumbre en esta novedosa puesta en escena.
El mundo está frente a un escenario geopolítico sin precedentes. Líderes fuertes como Xi Jiping y Vladimir Putin se las verán con este personaje que no tiene pelos en la lengua y se muestra de una audacia poco acostumbrada.
El contraste es más evidente cuando el presidente saliente, Barack Obama, tiene un discurso estructurado y pasó por el poder en dos períodos. No exento de presiones y sin mayoría legislativa, su huella deja una estela imborrable.
Desde su posición como primer presidente afrodescendiente, su pulso tremendo por el Obama Care o el fin del bloqueo a Cuba tendrán un espacio en las páginas de la historia.
Obama se va entre aplausos y algunas críticas, Trump llega en medio de interrogantes de difícil solución.