Es histórico. El férreo Gobierno del Partido Comunista, que gobierna China desde la revolución de Mao, abrió la posibilidad de un diálogo con manifestantes.
La posibilidad de conversaciones entre el Régimen y los estudiantes surgió después de una semana de protestas pacíficas. “Esperamos mantener un diálogo amistoso mutuo aceptable”, dijo la subsecretaria para asuntos constitucionales, Lau Kong-wa. También la funcionaria informó sobre importantes avances en las reuniones preparatorias.
Los estudiantes, según despachos internacionales, se muestran escépticos de que el Gobierno cumpla su promesa. La dirigencia estudiantil confirmó el acuerdo, pero exigió que la Policía no haga uso de la fuerza ni desaloje las protestas hasta que las conversaciones no hayan concluido. La preocupación de los manifestantes radica en que pudiera tratarse de una táctica dilatoria del Gobierno, antes que de una intención auténtica de diálogo.
Es evidente que las circunstancias han cambiado de modo significativo. Hace un cuarto de siglo, y cuando las protestas populares lideradas por estudiantes en la Plaza de Tiananmen, en Pekín, surgieron, la respuesta fue aplastar la manifestación con tanques. Algunos de los detenidos entonces siguen en la cárcel.
Hong Kong fue protectorado británico y goza del privilegio del mundo libre y del capitalismo, como no sucede en otras zonas de China. Los tiempos y los escenarios son diferentes, y cabría esperar nuevas respuestas políticas.