Cada 5 de enero, el periodista ecuatoriano celebra su día clásico. La fecha rememora el primer número de Primicias de la Cultura de Quito, obra del precursor Eugenio Espejo.
Esta vez, un gesto significativo del Cabildo de la capital dio lustre a la celebración al destinar un espacio del bulevar de la avenida 24 de Mayo a la Plaza del Periodista. En este emplazamiento se levanta una estatua del prócer.
La entrega simbólica de la plaza fue impulsada por el alcalde de Quito, Mauricio Rodas. Fue inaudita, sin embargo, la negativa de un grupo de concejales afines a Alianza País a dar apoyo a esta decisión de la mayoría.
Los periodistas ecuatorianos han afrontado y afrontan tiempos difíciles. La tarea periodística muchas veces incomoda al poder, pero en los países democráticos se tiene al oficio y a la profesión como un baluarte de las libertades.
Los ciudadanos solo pueden estar informados si hay prensa libre, plural, independiente donde se exprese con nitidez esa curaduría que supone el periodismo frente a los poderes públicos. Hoy se quiere circunscribir al periodismo bajo la égida del servicio público, con lo cual se ahonda el riesgo de imponer una sola visión desde el poder.
La constatación del pulso de la vida pública por parte de los periodistas es un saludable y democrático ejercicio cotidiano. Por la práctica libre, responsable y respetuosa de esta noble e indispensable tarea, EL COMERCIO saluda a los periodistas ecuatorianos.