El desafío minero

La minería genera recursos económicos abundantes. Pero su mal manejo conlleva tensiones y pérdida de oportunidades.Es importante la inversión minera, la transferencia de tecnología, la generación de regalías y el pago de impuestos.

Pero debe haber reglas claras que tanto el Estado como las empresas pongan los intereses nacionales por delante, sin desdeñar las millonarias inversiones que pueden llegar al país.

No cabe soslayar los cuestionamientos -muchas veces con fundamento, otras no- sobre el cuidado ambiental y las fuentes de agua. Estas demandas son posturas firmes de activistas pero no siempre están bien sustentadas.

Un proyecto, por grande o pequeño que fuera, debe someterse a las normas del país, a sus regulaciones ambientales y cuidar el entorno y las fuentes de agua como patrimonio natural y universal. Para eso se requiere una autoridad firme y limpia al exigir cumplimientos.

Otro aspecto clave es la responsabilidad social de las empresas con estándares internacionales de protección a la salud y con énfasis en las condiciones laborales de los mineros. Asimismo, es importante que las zonas de extracción generen mano de obra local.

Una actividad minera con normas claras y responsabilidad social es mejor que la minería ilegal, rayana incluso en acciones ilegales y clandestinas peligrosas como el lavado de activos.

Insistimos: se trata de equilibrio entre desarrollo económico, cuidado ambiental y respeto a la gente.

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