DELINCUENCIA: PROBLEMA NACIONAL

Los debates legislativos que dan prioridad a leyes como las de educación, comunicación, aguas, etc., no han suscitado los consensos deseables y, por el contrario, han provocado confrontación y tensiones. Los ecuatorianos tenemos más preocupaciones.

Para la mayoría, la delincuencia y la inseguridad son el principal problema nacional. Le siguen el desempleo y la crisis económica. Estos dos últimos factores también pueden desencadenar problemas severos de orden público y confluyen como sus causas sociales.

La grave situación demanda una coordinada acción de todos los poderes públicos. Desde el Ejecutivo se requiere de la permanente entrega de recursos materiales y técnicos a la Policía para la persistente vigilancia y control y la lucha sin cuartel contra el crimen organizado.

El Poder Judicial tiene cuentas pendientes con la sociedad: causas acumuladas, falta de agilidad en los trámites judiciales y presuntos delincuentes liberados sin que siquiera se llegue a instalar juicios.

El Poder Legislativo debe emprender sin demora en los ajustes de reformas legales para evitar la rebaja de penas en delitos atroces, asesinatos, violaciones y narcotráfico y lavado. Corregir la imprudente flexibilización que generó indefensión e impunidad y desató los delitos menores.

Ante el aumento de los asesinatos y la presencia cada vez mayor de sicarios no son suficientes ni están bien enfocadas las medidas contra el consumo de licor. Tampoco cabe confundir otras medidas como la persecución a estudiantes colegiales uniformados como problema esencial.

Deberían impulsar campañas cívicas positivas en los medios públicos. Las medidas autoritarias con trazos fundamentalistas no solucionan lo de fondo, los males cotidianos que afectan la vida de la gente y muchas veces se la quitan.

Suplementos digitales