Defender la dolarización ‘es lo responsable’. Garantizar la estabilidad macroeconómica y el esquema monetario.
Son las ideas del ministro Coordinador de la Política Económica, Patricio Rivera, en diálogo con Diario EL COMERCIO.
Estos argumentos llevan implícito algo que durante todos estos años se debatió con ardor en el país: las ventajas e inconvenientes de la dolarización.
Cuando llegó el nuevo sistema, forzados por circunstancias en que el país no daba más, por épocas de crisis sostenida, la credibilidad de los gobiernos y su estabilidad terminaron antes que la propia moneda nacional, que murió de inanición.
Entonces, se estableció un tipo de cálculo de 25 000 sucres por dólar y los primeros tiempos fueron de zozobra y muchas preguntas sobre su futuro.
Con el tiempo, la vigencia de una economía dolarizada ha tenido como principales virtudes la generación de un clima de estabilidad y confianza. Dos premisas que tranquilizan la atmósfera económica.
Hoy un Ecuador sin dólar parece impensable. No es adecuado echarle la culpa a la dolarización, por la apreciación de la moneda estadounidense como alguna de las causas del momento complejo que vive el país. Pero cabe admitir que la apreciación del dólar y la depreciación de otras monedas tienen impactos.
Es bueno apuntalar la producción, generar confianza en el sector privado, alentar inversiones y resolver los temas de empleo y generar riqueza. Así, junto al dólar, esa defensa que hoy ensaya el Gobierno estará plenamente garantizada.