La creciente contratación de sistemas de seguridad para casas y oficinas y los seguros para los bienes que la gente lleva en sus desplazamientos muestra una creciente preocupación que las cifras difícilmente reflejan. Hay asaltos y pérdidas de bienes incuantificables.
Electrodomésticos, computadoras y demás objetos de valor corren riesgo, y muchas veces la integridad física y hasta la vida de las personas. En los domicilios y lugares de trabajo las puertas son cada vez más blindadas, hay candados, citófonos y cámaras de seguridad. Otros locales tienen rejas, alarmas y hasta sistemas de monitoreo. En muchos departamentos y oficinas se cuenta con guardias de seguridad propios o empresas que prestan ese servicio.
Para quienes andan en la calle se recomienda no exhibir los teléfonos celulares, sobre todo si se trata de modelos inteligentes y costosos; hay que cuidar los relojes y las carteras. Es nuevo el hecho de que ya se contraten micro seguros para estos bienes.
En los alrededores de los bancos las empresas aseguradoras fijan un perímetro cuyo seguro asume la entidad bancaria para casos de asaltos y robos de dinero en efectivo a los clientes y el desvalijamiento de cajeros.
Hace muchos años en que los autos cuentan con alarmas, bastones de seguridad, tuercas y hasta sistemas satelitales de monitoreo.
Son los síntomas de una ciudadanía insegura, y que gasta mucho dinero en cuidarse cada vez más.