Congestión insoportable

La ciudad de Quito vivió esta semana un caos vehicular en el centro norte por un volcamiento en la av. Simón Bolívar.

A las 06:00 del martes, un camión sufrió un accidente. Enseguida la larga cola fue aumentando de tamaño. Como la vía se bloqueó los automotores tuvieron que tomar rutas alternativas y está claro que no son muchas.

Enseguida los carriles de la av. Velasco Ibarra se atascaron, la zona circundante al Coliseo General Rumiñahui y el acceso a las avenidas Patria y 12 de Octubre sufrieron trancones. Al norte, las avenidas Orellana, Coruña e Isabel la Católica se taponaron.

El flujo de autos desde el sur al norte fue lento, desesperante, lo propio ocurrió con los automotores que circulaban en sentido contrario.

Horarios de entrada a los puestos de trabajo y las oficinas se alteraron y muchas citas de negocios se atrasaron o simplemente fueron canceladas. El mal humor hizo presa de los conductores que perdían poco a poco la paciencia.

Si al accidente sumamos las intervenciones viales por la repavimentación y las obras de construcción del Metro, que afectan a cerca de 40 apuntos en distintas zonas de la urbe, la cosa se agrava y la fragilidad sale a flote.

Esa constatación obliga a un análisis detallado y a la búsqueda de soluciones integrales y alternativas rápidas y operativos circunstanciales emergentes. Si un solo camión causa semejante caos, pensemos en cosas más complejas para planificar las mejores alternativas.

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