Lenín Moreno Garcés será, desde esta misma mañana, presidente de la República para los próximos cuatro años.
El Presidente tendrá en sus manos inmensos retos, el más importante, el de la economía. Con un país en crisis, con déficit fiscal y una enorme deuda externa esa prioridad luce crucial.
Ayer se conoció el gabinete ministerial. Con las nominaciones se despejan dudas de los nombres. Tiempo habrá para el análisis de las líneas generales que oriente el equipo del Presidente.
Es importante que toda la sociedad advierta el nuevo momento, de las dificultades del panorama económico a la polarización política, las señales del nuevo Mandatario a la sociedad entera deben ser nítidas. Es un país que debe superar la década de confrontación, los agravios y crispaciones y construir el nuevo momento que las urnas dejaron ver como expresión de las corrientes políticas que componen el espectro.
El presidente Lenín Moreno tiene derecho a contar con una atmósfera sana, con un tiempo de espera para poner a prueba su propia palabra empeñada. La mano tendida, el diálogo y el debate civilizado deben ser la marca y el punto de partida para convertir a la sociedad en espacio de reflexión, de tesis e ideas, a veces contrarias que no hagan del rival enemigo ni del diferente estigma.
Es un tiempo para cambios en lo político, económico y social, creando opciones de generar trabajo y en una atmósfera de democracia y libertad de expresión, puntos indispensables.