LA CLASE MEDIA Y LA POLÍTICA

A muchos llamaron la atención los estudios del Banco Mundial que determinaban el movimiento de la clase media. Esos datos fueron comprobados con consultorías internas.

Hay coincidencias con ese concepto desde la d olarización, el incremento del precio del petróleo -que nutre significativamente la economía estatal y llega al conjunto de la sociedad y dinamiza el consumo- y la entrega de préstamos para vivienda del IESS y el Biess.

Además, el crecimiento de la burocracia y la incorporación de jóvenes tecnócratas al sector público son otros signos en esa línea.

La movilidad social es un hecho, pero la relación entre la formación y fortalecimiento de esa clase media económica con una coherencia en su actuación política aún parece débil o en construcción.

Todavía la clase media ecuatoriana no tiene identidad política que la exprese plenamente. Si bien es cierto que el resultado de los últimos comicios muestra una afirmación del movimiento oficialista, la composición del voto es pluriclasista, puesto que hay en él viejos simpatizantes de la izquierda, nuevos tecnócratas, clases medias, clases populares y aún empresarios, cuyos negocios han prosperado en el ciclo de esta 'revolución ciudadana'.

La clase media ecuatoriana se ha ampliado en lo económico ligada al consumo, mas no tiene ideología que la represente y tampoco correspondencia con el mapa político en el que, por hoy, se mueve el Ecuador.

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