El robo de teléfonos celulares alarma en el país. En 2010 se reportaron 15 900 robos. Pero para contrarrestar esta realidad el Gobierno, por intermedio del Ministerio de Telecomunicaciones, busca un registro obligatorio de los números telefónicos.
En el Ecuador hay 15 000 000 de teléfonos móviles (celulares) y un total de 12 000 000 de líneas. Tan alta es la cifra que ya supera a la telefonía fija.
Según los datos oficiales, el robo de teléfonos móviles rebasa a otros delitos. Curiosamente, hace dos años la Asamblea promovió una reforma para convertir el hurto de teléfonos celulares de bajo valor en una infracción. Como era obvio, esto disparó la recurrencia de los atracos. Pronto se dieron cuenta del entuerto y optaron por la enmienda.
Ahora se habla del registro de los propietarios. Esto evitaría que los teléfonos robados sean vendidos a precios sumamente asequibles, lo que fomenta su robo. Además, se ha detectado una serie de negocios vinculados a aparatos usados que se traen por montones desde el exterior. Para evitar su proliferación, se podría contar con registros internacionales y códigos. Los expertos consideran que no todos los códigos son seguros e inviolables. El riesgo de virus transmitido por la telefonía celular interconectada con redes de Internet también existe.
El plazo perentorio de nueve meses que dio el Ministerio de Telecomunicaciones para registrar todos los teléfonos, así como la amenaza de bloquear las líneas celulares y anular los registros, está corriendo.
Sin embargo, las autoridades deben ver la otra cara de la moneda. En un país donde crece la indefensión y los poderes públicos son impotentes para proteger a la gente, entregar datos personales que pueden caer en manos peligrosas es un riesgo que se debe ponderar y evitar.