La carrera electoral por la Presidencia de Estados Unidos entra en su etapa más decisiva, con la mira puesta en los comicios del próximo 8 de noviembre.
Como se había previsto, Hillary Clinton y Donald Trump se han convertido en los virtuales aspirantes a la Casa Blanca por los partidos Demócrata y Republicano, en ese orden. De no mediar ninguna sorpresa, una y otro serán proclamados en sendas convenciones partidarias, que se realizarán en julio.
Es preciso mencionar que la nominación de Hillary Clinton, exprimera dama y exsecretaria de Estado, presenta ribetes históricos. Al conseguir la cifra necesaria de delegados se ha convertido en la primera mujer candidata a la Primera Magistratura de EE.UU. Y ayer, el presidente Barack Obama ha hecho público su apoyo. ‘No creo que jamás haya habido nadie tan calificado para este cargo’, ha dicho el Mandatario saliente. En tanto, que su principal rival en las primarias demócratas, el senador Bernie Sanders, se ha comprometido a cooperar para derrotar a Trump.
Como lo han dejado ver los cruces verbales que Clinton y Trump mantuvieron durante las primarias y ‘caucus’, el tramo final de la campaña se anticipa tenso y complejo.
De esa batalla electoral, en la cual se enfrentan dos visiones contrapuestas de las políticas doméstica y exterior de Washington, así como de la postura hacia los migrantes, emergerá el sucesor del primer Jefe de Estado afroamericano de Estados Unidos.