A pocos días del cierre de inscripciones de las candidaturas seccionales, es cada vez más evidente la campaña anticipada, camuflada en rendición de cuentas y con exposición de las imágenes de los personeros de elección popular. A esta dinámica se adscriben candidatos a la reelección en prefecturas y alcaldías. Lo mismo da si son del movimiento de Gobierno o si militan en la oposición.
El estilo se ha impuesto y la imitación da resultados y parece bienvenida en una especie de ‘todo vale’.
La propaganda con vallas y pancartas ha sido superada ampliamente por el pautaje en los medios, sobre todo en la televisión, de acuerdo con una reportería publicada ayer en este Diario. Se gastan millones.
El otro mecanismo es el de ruedas de prensa y cadenas, que parecen replicar la práctica del Primer Mandatario. Algo que no es nada nuevo ya que el mismo proceso a través de los medios masivos lo hicieron presidentes como Álvaro Uribe, de Colombia, y Hugo Chávez, de Venezuela, que se encontraban en orillas políticas distintas.
Lo grave es que las autoridades de control electoral, como lo hicieron tibiamente hace un año, apenas si ‘exhortan’ a los funcionarios a retirar la publicidad. Y no han enviado a la Asamblea proyecto alguno para bloquear por la vía legal el uso de fondos públicos.
La reelección sin un período de por medio es un hecho en la vida política nacional y se presta a abusos.