Tras el Carnaval, el Ecuador despierta este miércoles de ceniza en la línea de partida de la campaña. Con el Gobierno como protagonista proponente de la consulta y el referendo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe garantizar un proceso equitativo y pluralista.
Pronto vencerá el plazo para la inscripción de movimientos sociales a los que, con buen juicio, el Consejo posibilitó participar. Además, extendió la vida de los partidos y movimientos para este proceso. Los vocales deberán disponer la asignación de recursos para la campaña y los espacios de publicidad para que los actores sociales y políticos expresen sus ideas.
Todavía el CNE puede dar una muestra importante de neutralidad: impedir que el Gobierno utilice fondos públicos, bienes del Estado o espacios de los medios de comunicación que maneja. Ya ha advertido que debe cesar la propaganda de entidades del Estado. Haría muy bien en regular las sabatinas presidenciales, un espacio que supone una rendición de cuentas pero que, al margen de su poca o mucha sintonía, se ha convertido en una tribuna de ataques políticos a críticos del Régimen y se usa como espacio propagandístico.
Los medios públicos deberían abrir espacios equilibrados para que todos los actores expongan sus ideas sin inclinar la cancha a la tesis del Ejecutivo. Sería una oportunidad de oro para demostrar espíritu democrático y afán neutral de servicio al público, ya que son medios pagados con dinero de todos. También la prensa privada debe promover una información equilibrada y plural.
La jornada exige una reflexión seria y unas respuestas sabias, para que esta nueva asistencia obligatoria a las urnas sea un auténtico aporte al fortalecimiento institucional.