Campaña sin continuidad

Con USD 5 millones de gasto y una importante recordación, si se toma en cuenta que solo estuvo pautada durante un trimestre en el año 2012, la campaña 'Párale el carro' es una muestra de lo que no se debe hacer en iniciativas cívicas de muy buenos propósitos , pero cuya continuidad se suspende sin razón aparente.

Diario EL COMERCIO sondeó entre los lectores de la página web y sorprendentemente más del 60% recordaba la campaña. Eso quiere decir que el planteamiento creativo tuvo solidez, pero la permanencia de la iniciativa en el tiempo no prosperó, al contrario de lo que sucede con otros mensajes más cercanos al proselitismo político y a la mejora de la imagen gubernamental que a temas cívicos como el mencionado.

'Párale el carro' era una manera de crear conciencia ciudadana, de involucrar a todos los conductores para denunciar a los infractores de la Ley, que manejen mientras hablan por teléfono celular, superan los límites de velocidad, conducen en estado etílico o cometen infracciones.

Los propósitos lucían positivos si tomamos en cuenta las cifras de accidentalidad y las causas que la estadística registra.

Más allá de algunos datos decidores durante el tiempo que se mantuvo la campaña, la lección es que este tipo de cruzadas cívicas merece continuidad para evitar que la inversión sea infructuosa. Quizás el espacio de cadenas y anuncios de sinfín de entidades gubernamentales debiera ser empleado en estas iniciativas loables.

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