El excandidato oficialista Alejandro Guillier reconoció ayer que el partido de la actual gobernante, Michelle Bachelet, sufrió una dura derrota el domingo.
Con los resultados, Sebastián Piñera regresa a la Presidencia de la República de su país con una agenda que privilegia los argumentos del crecimiento económico frente al programa social.
En el contexto regional, el triunfo del candidato de la derecha fue leído como otro capítulo del retroceso que sufren en los últimos años los gobiernos de izquierda, que basaron sus agendas en el gasto y la concentración de poderes.
Piñera encarna las ideas de orden y de crecimiento económico, y al final sus planteamientos fueron determinantes para inclinar la balanza. Guillier no pudo endosarse el caudal de votos (20%) que obtuvo en la primera vuelta la candidata radical, Beatriz Sánchez.
El presidente electo interpretó ayer la reacción favorable de la bolsa de Santiago como un reflejo de su propuesta, cuyas palabras clave son la inversión, la productividad y la innovación.
Bachelet logró pocos resultados en el crecimiento económico, junto con problemas para llevar a la práctica reformas sociales con las que volvió a la Presidencia hace ya casi cuatro años.
El relevo del poder, caracterizado por la alternancia entre dos tendencias políticas distantes, pero capaces de dialogar, pone de relieve la importancia de contar con democracias maduras que resistan y no resientan, como en otras latitudes, de las decisiones populares.