Los bonos y la campaña

El solo anuncio del candidato presidencial Guillermo Lasso de incrementar la cantidad de dinero que se asigna a cada uno de los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano tuvo una respuesta política inmediata por parte del Presidente de la República que busca la reelección: enseguida se aumentó el bono a USD 50 por persona.

La historia del bono se remonta a la época de Jamil Mahuad, en cuya Presidencia colaboraron tanto Guillermo Lasso como la actual embajadora y ex ministra de este Gobierno Nathalie Cely. Al principio se le llamó bono de la pobreza. La intención era llegar a los ecuatorianos más pobres, a aquellos en situación de extrema vulnerabilidad.

Los subsidios se vuelven, en muchos casos, políticas de Estado. Hay algunos de ellos que son temporales, por ejemplo asistir a los damnificados de una catástrofe natural; otros se vuelven imposibles de revertir, como el caso del subsidio a los combustibles, cuya materia ha sido ‘inflamable’ políticamente cuando algún gobierno ha anunciado su estudio o revisión.

El Gobierno viene manteniendo esta política de subsidios a los combustibles y en el caso del Bono de Desarrollo Humano se ha preocupado por extender su alcance a más personas y se ha estimulado el aumento de la asignación.

Cuando Guillermo Lasso anunció el aumento del bono a USD 50 si gana la Presidencia, la réplica del Gobierno fue anunciar su incremento desde enero del 2013. Lasso capitalizó la jugada diciendo que era su primer logro, subir el bono aun antes de ganar la Presidencia.

El debate de los subsidios y la entrega de bonos como política permanente es algo que debe ser estudiado con criterios técnicos, políticos y sociales. Su financiamiento e impacto también causan polémica.

Suplementos digitales