La política en la Asamblea Nacional sale del punto muerto en que ha transitado en días pasados, con hechos reseñables.
El bloque de Alianza País (AP), compuesto por 74 legisladores -incluidos los movimientos con los que hicieron acuerdos electorales- discutió los temas políticos. 47 asambleístas se pusieron de acuerdo en dos tesis, aunque de coyuntura, fundamentales: el apoyo al presidente de la República, Lenín Moreno, y la Consulta Popular.
Esa expresión amplía la grieta que se ha ido profundizando entre quienes apoyan la acción del Presidente y quienes prefieren insistir en su fidelidad al anterior mandatario. Esa postura ha resquebrajado el frente interno de AP y ha afectado al buen funcionamiento del Poder Legislativo como tal, por el número de parlamentarios que obtuvo la bancada verde flex.
Mientras eso ocurría, la oposición juntaba y presentaba 63 firmas para buscar un nuevo llamado a juicio político al vicepresidente Jorge Glas.
La decisión de ayer -a la espera de la acción de la justicia que podría mover la voluntad política de varios legisladores de AP de apoyar la petición de juicio de la oposición- pone otro tema en la palestra del debate nacional y lleva de nuevo a escena un tema que en su momento fue debatido y bloqueado por el Consejo Administrativo de la Legislatura, CAL, con mayoría de AP.
Mucha agua ha corrido bajo el puente. La política se mueve a una velocidad distinta en la Asamblea.