El sistema de agua potable de Quito, se nutre, entre otras fuentes, de ríos que provienen del Cotopaxi, un volcán activo.
Los sistemas de Pita – Tambo y La Mica- Quito-sur, son vulnerables. Una caída de ceniza y un potencial desfogue de lahares pueden comprometer una parte del abastecimiento de agua.
Por esa razón, el Cabildo quiteño, a través de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento, toma todas las previsiones.
El Gerente de la empresa descarta que haya afectación y explica las medidas que se toman (ver la edición de Diario EL COMERCIO, ayer, 31 de agosto).
La primera preocupación es la de una posible caída de ceniza en cierta cantidad. Para eso, en las 21 plantas de tratamiento se han dispuesto cubiertas fijas en 18 de las mencionadas piscinas, para evitar que los filtros se ensucien con ceniza. En otros depósitos hay grandes cobertores transportables que se colocarían si se presenta una emergencia.
Para la eventualidad de lahares que afecten al río Pita y para el agua que viene de la zona de Papallacta se piensa en fuentes alternativas, que son los acuíferos subterráneos. Estos funcionaron durante años en la zona del parque La Carolina y que se están reactivando.
Además, en zonas vulnerables, se trabaja en la construcción de acueductos que lleven agua varios metros arriba del nivel de los ríos y de posibles desfogues.
Más allá de la eventualidad, para la que debemos estar siempre listos, cabe recomendar el uso del agua con prudencia.